Superlativo y delirante.


domingo, 2 de diciembre de 2007

Reestreno a Horas de la PSU: "Monstruo peludo"

Durante la clase de geometría pensé: ¿ por que mierda las matemáticas son parte de la vida?estamos motivados por los sentimientos, por los impulsos, no por un par de formulas; fue entonces cuando decidí lanzar por la ventana mi modulo con ejercicios para salir corriendo...Avance por el pasillo del pre y fui hasta el baño donde moje mi cara con agua muy fría. Cuando por fin pude sacar todos esos números de mi mente, avance en medio de la gente hasta la calle. Ahí estaba ese caballero del quiosco que gritaba "acumulado el kino". Yo estaba sola... todas mis amigas continuaban en la aburrida clase de los números...Corrí sin sentido... llegue a un lugar en Cerro Alegre donde podía ver muchas luces y gente sacando fotos.... se veían millones de casas pequeñas... al parecer era una mirador. Me senté, tome un cigarro y comencé a pensar. Una hora estuve dándole vueltas a las palabras vagas de mi mente, un perro movía su cola a mi lado, el quinto cigarro casi se consumía y una señora compraba un dibujo del lugar . Todo parecía normal, pero fue entonces, cuando la tierra empezó a sacudirse tan fuerte que ni siquiera mis ideas permanecían en su lugar. El perro ladraba con tanta intensidad que dejé de escuchar la típica música de la ciudad, la gente angustiada corría, pero yo por un algún extraño motivo me mantuve tranquila...Todos se abrazaban, incluso alguien menciono algo sobre el fin del mundo, pero yo continué sentada a la orilla del mirador junto a mi cigarro. Ese lugar parecía el festival del llanto y la desesperación, pero extrañamente aún sentía calma cuando la tierra se sacudía con una fuerza que jamás pensé que existiría. Comencé a caminar, mientras el morbo recorría mi mente, no pude evitar sentir excitación de ver un par de casas que caían desde lo más alto del cerro. Un niño pequeño se me acerco, estaba sucio y tenía un herida en el brazo, seguramente algún trozo de edificio había caído sobre él. Mientras lloraba comenzó a contarme como había perdido a su mamá, y note una infantil expresión de culpa al mencionar que ella le había advertido mantenerse cerca. Estaba arrepentido, lloro unos minutos y continuo mirándome... cuando pensé que su escena había concluido, el pequeño tiró de mi pantalón para suplicarme que lo tomara de la mano y no lo dejara solo. Aunque no tenía la intención de hacer tal cosa, decidí que de todas formas lo ayudaría: Puse el cigarro en su pequeña mano y le dije que debía aspirar y luego botar el humo; estaba segura que además de mareos, el cigarro traería tranquilidad para él. Luego de eso seguí caminando, nada me importo, mi fría mirada continuo quieta en el horizonte. A mi lado calló un trozo de cemento desde un edificio y por un instante sentí pena por aquellas personas que veían su vida destruida en un par de segundos, aunque ese extraño sentimientos fue solo momentáneo, ya que pude seguir caminando sin ningún tipo de remordimiento. Una grieta fragmentó todo el lugar, y por poco mi pie queda atrapado ahí. Cuidadosamente avance en medio de los escombros y pude ver un par de ancianos que se besaban apasionadamente, sus lenguas parecían cadenas incapaces de separarse y por primera vez en esa fría noche sentí que un sentimientos autentico se materializaba. Cuando ya había perdido de vista a la singular pareja, escuché los gritos agónicos del hombre que seguramente había sido aplastado por algún muro cercano. Inesperadamente, desde la parte más alta de una iglesia se desprendió la cruz, aquello constituía para mí el espectáculo principal, sentí placer al ver como se derrumbaba, pero más alla del hecho, era lo que representaba. Dos curas semi desnudos corrieron hacia la calle en busca de refugio, aunque uno de ellos caminaba más lento, se quejaba mientras arqueaba sus piernas. Tuve una fracción de segundo para notar que la cruz se acercaba hacia mí, aunque el golpe fue tan fuerte que mi visión se nublo por completo y perdí la noción del tiempo. Entré en un estado extraño, donde había mucha gente a mi alrededor que estaba en silencio escuchando a una especie de ser superior que se encontraba de pie frente a nosotros. No entendía bien lo que ocurría, todos estaban angustiados y a mi lado había algo húmedo: era una hoja y al parecer la sustancia sobre ella era mi propia saliva. El ser superior dijo que era "hora de entregar". La PSU de matemáticas había terminado, y mi hoja no tenía nada más que saliva.